viernes, 27 de mayo de 2011

¡A las barricadas!


Participé en una manifestación. Aquí en Ponferrada. Y había motivo. Se trataba de la protección del medio ambiente. ¿Qué es el caso?
En el pueblo Toral de los Vados está una cementera llamada Cosmos. Esta fábrica ha obtenido del gobierno de Castilla y León un permiso de empezar una incineración de residuos. Al principio se trataba de quemar cualquier tipo de basura. Pero toda la atención en la prensa y protestas ya tenían su primer efecto. Cosmos oficialmente ha declarado que solamente quemará biomasa. No hay nadie que lo cree, esto es una lástima. Y además, por alguna razón neumáticos también están considerados de pertenecer a biomasa.

Toral de los Vados está situado al lado oeste del valle fértil en el centro del Bierzo. Es la región donde se cultivan las uvas de la variedad mencía para los vinos tan buenos del Bierzo. También otras especialidades del Bierzo, como las manzanas reneta, las peras conferencia, las cerezas y los pimientos provienen de este valle. En los montes alrededor crecen las famosas castañas. Todos estos productos de calidad sufrirían por la contaminación de la incineración. Por eso, el protesto no solamente venía de los civiles angustiados y de los grupos ecologistas sino también de empresarios influyentes de la agricultura local.

El sábado por la tarde nos reunimos en la Plaza de Lazúrtegui. Había mucha gente, allí alrededor de la fuente. Un público muy diverso. Familias con niños, gente mayor, ecologistas con barbas, guiris, en una palabra, el protesto tenía un apoyo amplio. Después de un discurso breve sonaban las inevitables gaitas y se ponía en marcha la manifestación. Había sol. El ambiente era festivo. Nadie gritaba eslóganes. Casi nunca me he sentido tan a gusto durante una manifestación.

La verdad es que no es mi actividad favorita, ir a manifestaciones. No me faltan opiniones claras, esto no es el problema. Por ejemplo, estoy muy a favor de una economía del mercado libre con un estado fuerte y democrático que interviene cuando el mecanismo del mercado llega a grandes concentraciones de poder, desigualdades en riqueza y oportunidad, o daño ambiental. Un socialdemócrata liberal, si usted quiere. Pero eso no es suficiente razón para gritar con los puños en el aire. En todo caso no aquí en la Europa occidental. Además, prueba gritar a la vez con un grupo de personas: ´´¡EXIGIMOS UNA ECONOMÍA DEL MERCADO LIBRE CON UN ESTADO FUERTE Y DEMOCRÁTICO QUE INTERVIENE DONDE EL MECANISMO DEL MERCADO LLEGA A DEMASIADO CONCENTRACIÓN DE PODER, DESIGUALDAD EN RIQUEZA Y OPORTUNIDAD O DAÑO AMBIENTAL!´ Será un caos.

¿Cuando era la última vez que fui a una manifestación? Debe haber sido en 2003. Contra la guerra en Iraq. En Holanda una manifestación siempre va acompañada con juegos de palabras en las pancartas. REAGAN, ESTÁS MAL DE LA CABEZA ATÓMICA, me recuerdo de hace mucho. Y también NO INVASIÓN SINO INVERSION. Aquí en Ponferrada nada de esto, por suerte. Seguramente en Holanda alguien hubiera escrito: MÁS BIEN CORZOS QUE COSMOS. Aquí leí NO INCINERACIÓN, POR UN BIERZO SOSTENIBLE y CONTAMINACIÓN NO.

Lo que si es igual a Holanda es que siempre hay grupos radicales que secuestran la manifestación. Durante la manifestación contra la invasión en Iraq me fastidiaban las personas que llevaban pancartas con HAMAS o un retrato de Che Guevara. Aquí en Ponferrada había dos personas que llevaban una enorme bandera roja con las letras AUTONOMÍA. Al principio pensé que era dos vascos que perdieron la ruta completamente, pero no, hablaban castellano entre ellos. Faltaba más información. ¿Querían independencia del Bierzo? ¿O quizás que León se separa de Castilla? ¿Que España sale de UE? ¿O que al fin la tierra sea un poco más independiente del sol? No lo sé.

La manifestación terminó al lado del castillo, lo que resultó en muchas fotos bonitas. Había algunos discursos de unos organizadores. A uno de ellos, un muy famoso viticultor berciano, se le fue un poco la olla cuando dijo que la gente en El Bierzo merecía pagar menos para la luz que otros españoles porque hay un central térmico en la región. Para mi sorpresa había bastante gente que le vitoreaban. Era el momento de dejar la multitud y buscar una mesita libre en una terraza en la Plaza de Encina. Manifestarse es, por desgracia, a veces necesario, pero da mucha sed.

viernes, 6 de mayo de 2011

En busca del abejaruco


Aquí más o menos debe haber sido. Bajo de mi mountain bike y quito mi casco para poder oír mejor. A la izquierda tengo una vista maravillosa sobre el valle del Bierzo. Más lejos puedo ver las montañas nebulosas que marcan la frontera con Galicia y Asturias. A la derecha una cuesta pendiente llena de roble joven. Oigo ruiseñores. Por ellos no estoy aquí. Oigo un petirrojo. Tampoco es exactamente lo que estoy buscando.

Ayer estuve aquí también. Un recorrido con bici al lado del pantano del río Sil y volviendo por estas colinas. Y de pronto lo oía. Un sonido de un gran grupo de pájaros, murmurando agradablemente entre ellos. Pero no veía nada. Me quedé escuchando un rato. Después volví rápidamente a casa, donde inmediatamente ponía el ordenador. Busqué y encontré. Mi teoría resultaba ser correcta. Abejarucos. ¡Abejarucos en El Bierzo!

Ver los pájaros. Una afición para la que no tengo mucho talento. Pero esto no me impedía nunca nada. Es por mi vista limitada. Prismáticos y gafas, una combinación infeliz. Por suerte, muchos pájaros hacen sonidos. Sobre todo estos malditos pequeños pajaritos cantores que se parecen tanto. ¿Pero cómo saber qué sonido pertenece a qué pajarito?
Al principio dependía de mi guía. Por ejemplo, en la descripción del abejaruco se puede leer: ´Sonido: tonos bajos, delicados, fácilmente reconocibles. Prup, prup´*. Esto no convence, ¿verdad? ¿Y cómo puede ser fácilmente reconocible si nunca has visto el animalito?
Un paso adelante era el descubrimiento de casetes con sonidos de pájaros. Una voz seca de una mujer anunciaba el pájaro: ´El reyezuelo.´ Después el pajarito se soltó a cantar: ´sidli-i-sidli-i-sidl-iu.´ Una vez, en mi fiesta de mi treinta cumpleaños, puse este casette, arrostrando las miradas de burla de mis amigos de fútbol. No sabían nada de esta afición mía. ´Ha salido del armario´, concluyó uno. ´O debemos decir de la jaula de pájaros´, añadió otro. Sus risas a carcajadas ahogaban las notas alargadas del zorzal común.

Emigrar significa acostumbrarse. Otra lengua, otra comida, otro horario, otros sonidos de pájaros. En mi barrio en Amsterdam, El Jordaan, me despertaba el rukuruku de las palomas torcaces en mi terraza, se oía por el día el sonido mecánico de los carboneros en los árboles en el jardín y el triste canto del mirlo anunciaba el crepúsculo. Aquí en Ponferrada canta un colirrojo tizón sobre la chimenea de la casa al otro lado de la calle y en los pinos se oye el nervioso canto de los verdecillos. Casi me ponía loco un sonido fuerte que se puede oír tanto en verano como en invierno al lado del río: ´tschi, tchewi, tchewetschewetchchechuewewe.´ No podía averiguar que pájaro era. Parecía un poco un ruiseñor indispuesto. Al fin encontré el sonido en internet. ¡El ruiseñor bastardo! Desde luego.

Mientras tanto, los abejarucos no se muestran. Me pongo mi casco en subo a la bici. Lentamente voy en dirección de Ponferrada. Mis pensamientos vuelven a mi infancia. Mi amigo Henny y yo estamos hojeando la guía de pájaros que me regaló mi tío cuando cumplí diez años. Qué si, era el petirrojo lo que hemos visto en el parque. Hojeamos más la guía. Vemos la ilustración de un abejaruco. ¡Qué bonito! Un pájaro de un sueño. Ojalá que una vez pudiéramos verlo.

* Las transcripciones de los sonidos de pájaros vienen de Aves de Europa de Capitool.